No cabe duda de que en San Sebastián el Peine del Viento es uno de los lugares más emblemáticos y que no te puedes perder cuando visites la ciudad. Esto debido a que es un conjunto de 3 esculturas de acero con más de 9 toneladas de peso cada una.
Estas se sitúan exactamente en el punto donde se acaba la ciudad y comienza el mar, en donde las olas abrazan los acantilados y donde Eduardo Chillida ancló sus esculturas. Esto con la finalidad de que el viento entrara peinado a la bahía de la concha.
En este lugar puedes disfrutar de unas vistas realmente hermosas del mar, y el viento se bate en desenfreno. Esto es un espectáculo natural que se fundirá por completo con el arte, haciendo que sea un lugar mágico para visitar. La colocación de estas esculturas es tan precisa que hace que parezcan emergidas directamente de las rocas, lo que hace que sea una combinación perfecta entre la naturaleza y el arte.

Las olas salvajes juegan a peinarse
El peine de los vientos es una representación única, y el viento pasa por las púas de las esculturas desafiando el acero. Esto hace que se produzca un fuerte siseo, y que puedas tener una experiencia realmente única.
Esta es una gran experiencia que puedes disfrutar en la ciudad, y podrás ver cómo las olas luchan constantemente contra las piezas de acero. Esto hace que sea una experiencia realmente única, y en la plaza podrás ver los traviesos geiser por los agujeros de la plaza.
Sin embargo, al visitar esta zona, debes tener en cuenta que algunos días el mar estará muy enfurecido. Por este motivo, puede que en algunas ocasiones el acceso esté limitado, por lo cual, tendrás que informarte previamente sobre el estado del mar y así saber si puedes visitar esta hermosa escultura.
La historia del Peine del Viento
Debes tener presente que no son solo 3 esculturas las que se encontrarán, puesto que a pesar de que estas son las que se pueden contemplar en Donostia, la verdad es que Eduardo Chillida realizó 23 esculturas. Es una escultura muy especial debido a su forma, pero también debido a la historia que esconde.
El nombre original de las esculturas que nos encontramos en San Sebastián, es El Peine del Viento XV. Esto quiere decir que ocupan el lugar número 15 en la serie de todas las esculturas hechas por el artista.
Durante los años 60, cuando el artista ya se convertía en una figura relevante, se quiso que se hiciera un homenaje a este artista. Sin embargo, tuvieron que pasar más de 10 años para que el ayuntamiento decidiera honrar esta obra del artista. Esta obra está ubicada en este lugar, porque era donde Chillida de pequeño disfrutaba del enviste del mar y de las olas y tenía un gran significado para él.
La creación de la obra inició en el año de 1952, pero la obra definitiva que se regaló a la ciudad quedó terminada en 1977. Aún así, el artista siguió trabajando en su diseño hasta 1999, creando un total de 23 obras diferentes.
El peine del viento en Donostia es el más reconocido
No cabe la menor duda de que el peine de los vientos que encontramos en Donostia es el más reconocido de toda la serie. Están fabricadas en acero cor-ten, que es un material altamente resistente y que muestra honestidad ante la transformación de la naturaleza.
En un principio, la idea del artista fue colocar una sola escultura, pero al final se decidió por colocar 3 para crear un todo geométrico y equilibrado. Las primeras representan el presente y el pasado, mientras que la más lejana representa el horizonte y el futuro.
Mientras que se colocaban estas obras por parte de Chillida, el arquitecto vaco Luis Peña Ganchegui, se encargaba de construir el anfiteatro de granito rosa. Esta era una plaza con diferentes alturas, que estaba anclada a una ladera del Monte Igeldo. Desde allí se puede disfrutar la majestuosidad de los tres peines desafiando a la naturaleza.
En la actualidad, este es uno de los puntos más emblemáticos de la ciudad, pese a que en un inicio comenzó como una exposición que era completamente temporal.
Otras esculturas de Eduardo Chillida en San Sebastián
A pesar de ser la más reconocida, el Peine del Viento no es la única obra del artista en la ciudad de San Sebastián. Allí te encontrarás con diferentes rincones que fueron decorados con las obras del escultor, siendo una visita genial para los amantes del arte.
Uno de los lugares obligados para visitar es la Bahía de la Concha, donde en uno de los miradores del paseo, antes de llegar al túnel Miramart, te encontrarás con otra obra del artista. Esta es la obra de “Homenaje a Fleming” que después de tener varias ubicaciones en la ciudad se ubicó definitivamente en este punto frente a la isla Santa Clara y el Monte Urgull.
Por otra parte, el recorrido del artista continúa en el Palacio de Miramar. Allí en la colina rocosa llamada Pico del Loro, el artista te ofrece un abrazo, puesto que así se llama la estela dedicada al pintor Rafael Ruiz Balerdi.
Este recorrido termina en El Peine del Viento, siendo el lugar que más apreciaba el artista, y que quiso compartir con el mundo.
Una visita de muchas veces
Sin importar cuantas veces visites Donostia, la verdad es que nunca te encontrarás con el mismo escenario al visitar esta obra. En todo caso, el viento, las olas y el cielo crearán una obra majestuosa diferente cada vez que la visites, y cada vez te mostrará un paisaje realmente único.
Este es un lugar donde se origina todo según el autor, y lo único que hizo fue descubrirlo para mostrárselo al mundo. Es sin duda una obra que no puedes dejar de visitar en tu viaje a Donosti, porque disfrutarás así de una de las más importantes obras que encontrarás en Gipuzkoa y que podrás disfrutar de muchas formas cada vez que visites la ciudad.